[Spanish] Bitcoin salvó a mis padres

Hace un par de meses tomé la decisión de renunciar mi trabajo para dedicarme a estudiar las tecnologías que hoy en día se conocen como “blockchain”. No fue una decisión fácil debido a que pasar varios meses sin ingreso económico y viviendo en una ciudad extremadamente cara como Toronto, mis ahorros se verían seriamente afectados. Pero no pude evitarlo, vi demasiadas señales a mi alrededor que apuntaban a que estamos al borde de una transformación social que va a estar apalancada por un nuevo sistema económico basado en riqueza y no en deuda. Bitcoin, creo yo, será el catalizador de esa transformación.

No recuerdo exactamente cuándo fue la primera vez que escuché hablar sobre Bitcoin pero fue con certeza hace más de 5 años. Mi primera impresión sobre la tecnología fue negativa. Una moneda que se crea de la nada en un computador? Un sistema que para funcionar debe consumir una enorme capacidad de cómputo o energía cuando los mismos recursos son esenciales para tareas más fundamentales? Me pareció algo tan absurdo como la industria del etanol consumiendo grandes cantidades de tierra cultivable para crear combustible. El mundo al revés. Bitcoin para mí no era más que otro gran fraude empaquetado en el halo de alta tecnología para confundir a los ilusos.

En el año 2015 pude finalmente emigrar de Venezuela y residenciarme en Toronto. Gracias a que me fue posible obtener un trabajo estable, decidí apoyar económicamente a mi familia en Venezuela, especialmente mis padres, para que pudieran sobrellevar la dura crisis económica que vive el país. Pensé que sería sencillo pues, al fin y al cabo, tenía acceso a una moneda “dura” como es el dólar canadiense y una tarjeta de crédito internacional. No fue fácil, fue imposible.

Desde hacía más de una década el gobierno de Venezuela había implementado un control cambiario en donde la tasa de cambio entre el bolívar y el dólar estadounidense no se regía por las reglas de libre mercado sino que era impuesto a una tasa “fija” por el gobierno. Esta medida tuvo como consecuencia que la tasa de cambio oficial y la real del “mercado negro” fuesen muy distintas. Esa diferencia se magnificó con el tiempo al punto que en lugar de ser 20% o 50% de diferencia, se convirtió a varias órdenes de magnitud. Esto resultó en que, si quería usar los mecanismos oficiales para enviar remesas a Venezuela, el gobierno venezolano me obligaría a usar su tasa oficial que era órdenes de magnitud inferior a la tasa real. Para mí esto no es más que una estafa implementada por un gobierno en decadencia con el fin de usurpar la poca riqueza de los ciudadanos.

Para mi fortuna, un amigo cercano me recomendó Bitcoin como una opción para enviar dinero. Mi amigo sabía mucho del tema pues, entre otras cosas, se dedicaba a minar a baja escala diferente criptomonedas. Fue ahí cuando comprendí el concepto de wallet (billetera), exchange (casa de cambio) y transacciones en Bitcoin. El plan era simple, comprar bitcoins usando un exchange canadiense, enviar los bitcoins a otro exchange donde hubiesen compradores en bolívares y vender los bitcoins para obtener dicha moneda.

La primera vez que logré enviar dinero desde Canadá a Venezuela usando Bitcoin fue una experiencia increíble. Usando esta tecnología fui capaz de escapar de los abusos del gobierno venezolano con su control de cambio y obtener una tasa justa. Pero no sólo eso, el costo de cada transacción era increíblemente bajo. Podía enviar unos 100 USD y pagar sólo un par de centavos por la transacción. Yo sabía por experiencia que si hubiese hecho una transacción bancaria internacional o “wire transfer” (algo que igual no me era posible debido a que mis padres no tenían cuenta bancaria en el extranjero) el costo de la transacción hubiese sido de entre 25 y 50 USD. Completamente impráctico para transacciones de montos bajos. Otra cosa que me sorprendió es que podía completar la transacción en menos de una hora comparado con varios días hábiles que toma el envío de una transferencia internacional. Esto me daba la oportunidad de responder rápidamente si mis padres tenían alguna emergencia.

Por mucho tiempo Bitcoin fue el único mecanismo disponible para enviar remesas a mi familia y gracias a eso ello han logrado sobrevivir la inclemente crisis que vive el país. Este es el punto de la historia en donde el protagonista tiene una gran revelación, lo apuesta todo por Bitcoin y se retira millonario antes de los 40 pero no fue así. Entendí sólo superficialmente su potencial pero no me adentré en el estudio de la tecnología que estaba detrás. Aún tenía serias dudas sobre su viabilidad en el tiempo y la extrema volatilidad de la que padecía. Durante los años que lo use para enviar remesas nunca lo usé como un mecanismo de inversión o de ahorro.

Pude haber comprado Bitcoins a menos de 600 USD en 2015 y venderlos en 2017 a más de 19.000 USD o en 2020 a más de 23.000 USD. Pero no, no estaba listo aún para considerar Bitcoin cómo inversión pues no entendía la tecnología y no entendía lo suficiente sobre el funcionamiento de la economía global. Esa revelación vendría 5 años más tarde (2020) cuando finalmente decidí renunciar a mi empleo y dedicarme 100% al estudio de Bitcoin e Ethereum per esa es una historia para otro momento.